
Los orígenes de la civilización romana
La civilización romana creó uno de los mayores imperios de la Antigüedad. Los romanos se expandieron por los territorios que rodean el mar Mediterráneo y extendieron su influencia desde el norte de África hasta el norte de Europa y las islas británicas.
- Cronología: abarca más de mil años de historia, desde su fundación en el siglo VIII a. C., hasta la caída del Imperio romano de Occidente en el año 476 d. C. Se distinguen varias etapas: monarquía, república e imperio.Cuando se fundó la ciudad de Roma, hacia el siglo VIII a. C., la península Itálica estaba poblada por diversos pueblos.

En los orígenes de la civilización romana, la ciudad de Roma se mezcla lo legendario con lo real. Según la leyenda, Roma fue fundada por los hermanos Rómulo y Remo, ambos hermanos entraron en disputa, que concluyó con la victoria de Rómulo sobre Remo y con la fundación de Roma. (Lee este interesante artículo sobre el origen de Roma)

Los historiadores señalan a los etruscos y a los latinos como los fundadores de la ciudad, ubicada estratégicamente cerca del mar, en un territorio regado por el río Tíber y con numerosas colinas que facilitaban su defensa.
La Monarquía
Roma tuvo siete reyes. Tras el rey Rómulo, hubo tres reyes sabinos, y luego gobernaron tres monarcas etruscos. Todos ellos tenían la máxima autoridad política, militar y religiosa. Pero se ayudaban del Senado, una asamblea formada por los jefes de las familias más poderosas de la ciudad.
Además, había otra asamblea o comicio, compuesta por el resto de ciudadanos, que representaba a los tres pueblos que habitaban Roma: los latinos, los etruscos y los sabinos.

La República
La República romana fue un sistema político que duró cinco siglos de gran importancia en la civilización romana. El poder quedó en manos de los patricios, jefes de las principales familias romanas y descendientes de los fundadores de la ciudad. El resto de la población eran los plebeyos, que pagaban impuestos y acudían al ejército cuando eran reclamados.
Fuente: SM
A diferencia de la etapa anterior se repartieron las funciones políticas y judiciales entre varias instituciones, para evitar la concentración del poder en una sola persona.
De todas las instituciones de la civilización romana, el Senado fue la más importante de la República, ya que en él se tomaban las principales decisiones políticas. Otra institución era los comicios, integrados por ciudadanos libres, se organizaban según la riqueza y procedencia de sus componentes.
En esta etapa Roma comenzó un proceso de expansión territorial, por las conquistas militares de su ejército y las alianzas con otros pueblos.
Fuente: SM
Las conquistas por el Mediterráneo provocaron una gran inestabilidad en la República, porque los beneficios se repartieron de manera muy desigual entre la población.
Esta situación derivó en varias revueltas sociales: revuelta de los plebeyos y la revuelta de los esclavos.
La debilidad de la República hizo que se formaran los triunviratos, alianzas entre generales que pretendían restaurar la calma. El segundo triunvirato estuvo dirigido por Octavio, Marco Antonio y Lépido. Pero el enfrentamiento entre ellos dio lugar a la victoria de Octavio, que reunió todos los poderes en su persona y se proclamó emperador, con el nombre de Cayo Julio César Augusto.
El Imperio
Cuando Octavio fue proclamado emperador en el año 27 a. C., concentró en su persona todo el poder político. Pasó a ser Imperator o jefe del ejército, Princeps, o ciudadano principal, y Pontifex Maximus, o sumo sacerdote.
No desaparecieron las antiguas magistraturas, el Senado, ni los otros cargos republicanos, pero pasaron a desempeñar un papel político menor.
Ara Pacis.
El período de la historia de Roma que abarca los siglos I y II d. C. se llama Pax romana. Durante esta fase, el Imperio vivió una etapa de paz y estabilidad y logró su máxima expansión territorial.
Los romanos fueron implantando sus costumbres, religión, leyes, lengua y modo de vida en los territorios conquistados, en un proceso conocido como romanización.
A partir del siglo III, la estabilidad del Imperio comenzó a romperse cuando Roma tuvo que hacer frente a una serie de problemas militares, políticos, económicos y sociales, además de la llegada de pueblos bárbaros.

Ante la situación de crisis, el emperador Teodosio decidió dividir el Imperio entre sus dos hijos en el año 395. Honorio recibió la zona occidental, con capital en Roma. Arcadio recibió la zona oriental, con capital en Constantinopla, la actual Estambul.
Finalmente, en el año 476, Odoacro, jefe de los hérulos derrocó a Rómulo Augústulo, último emperador romano de Occidente. Este acontecimiento marca para muchos historiadores el final de la Edad Antigua y el inicio de la Edad Media.
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