En el lienzo de Francisco Pradilla, la reina, Doña Juana, es el eje de la composición colocándose en el centro, delante de su asiento cubierto por un almohadón. Muestra su condición de viuda a través de un traje de terciopelo negro y ocultando sus cabellos. En su silueta advertimos el embarazo de de la infanta Catalina de Austria. Delante de ella, el ataúd adornado con armas imperiales. La escena se desarrolla en un paraje desolado por el frío. A su derecha, miembros de su corte se resguardan en el calor de la hoguera. Al fondo, el monasterio. En el otro extremo, el resto de su comitiva.
Toda la composición está resuelta con intenso realismo y la perfección del Dibujo de Francisco Pradilla.
Bibliografía:
J. L.: El Siglo XIX en el Prado. Museo Nacional del Prado, 2007, pp. 238-244
[…] La relación tumultuosa entre ambos es plasmada de forma magistralmente romántica en el personaje de Juana, en el eje compositivo de la obra pictórica de Francisco Pradilla, Doña Juana la Loca. […]