Tras un largo periodo de ausencia, por fin, ese enigmático y misterioso edificio octogonal reabre sus puertas para poder ser admirado por todos aquellos que quieran viajar al pasado. Ese periodo anteriormente mencionado ha permitido casi olvidarnos de uno de los edificios helenísticos más funcionales de nuestra antigüedad. Y digo casi olvidarnos, porque excepto para los profesionales de la restauración y del patrimonio cultural de Grecia, el resto de los mortales apasionados por las artes habíamos dejado en el olvido la torre que marcó el paso del tiempo a nuestros antepasados griegos.


El 18 de agosto, Alec Forssmann publicó en la sección de Historia de National Geography, un artículo donde anunciaba que la Torre de los Vientos reabría sus puertas tras la finalización de las obras de restauración y conservación, tal y como lo había comunicado el Ministerio de Cultura Griego un día antes.
Este edificio, localizado en el ágora romana de Atenas, es octogonal proyectado posiblemente por Andrónico Cyrrestes, astónomo de Macedonia, hacia el siglo II a.C. aunque otros estudiosos sitúan el monumento hacia el 50 a. C. Posee una altura que no supera los 13 metros, está realizado con mármol del pentélico y se levanta sobre una base de tres peldaños. Está cubierto por un techo cónico y en la parte superior de cada uno de sus ocho lados advertimos unas figuras masculinas en relieve que son la representación de cada uno de los vientos: el Bóreas (norte), el Kaikias (noreste), el Euro (este), el Apeliotes (sureste), el Noto (sur), el Lips (suroeste), el Céfiro (oeste) y el Escirón (noroeste). En las paredes externas, se sitúan unos cuadrantes solares cada uno con su gnomon horizontal, para marcar las horas diurnas.
Según Vitrubio, de la parte superior que no queda nada, se alzaba sobre un astil la veleta que figuraba un tritón u otra divinidad marina, y que al girar con el viento señalaba, por medio de una varilla que llevaba en la mano derecha, las diferentes direcciones en que soplaba el viento. Además de marcar la dirección del viento, en su interior se conservan restos de una antigua clepsidra o reloj de agua que marcaba las horas durante la noche y los días nublados.
Este monumento a lo largo de la historia ha sido utilizado como torre campanario de una iglesia bizantina, otros consideran que fue propiamente una iglesia y también fue usado como tekke de los derviches. Hacia el siglo XIX la torre estaba prácticamente sepultada hasta que la Sociedad Arqueológica de Atenas la excavase entre 1837 y 1845.
Es un edificio que genera bastante curiosidad y sobre el mismo se han escrito algunos artículos y descripciones como el trabajo de James Stuart y Revett «Antigüedades de Atenas y otros monumentos de Grecia», (1762).








Arcimis, Augusto.: La Torre de los Vientos. Artículo publicado en el nº 38 (Año XLI) de la revista semanal La Ilustración Española y Americana, el 15 de octubre de 1897.
http://odysseus.culture.gr/h/2/eh251.jsp?obj_id=1839
http://www.solarenergysunrise.com/2012/10/la-torre-dei-venti-di-andronico.html
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/torre-vientos-atenas-abre-publico-primera-varias-decadas_10612
























































































































